Mansión Jekyll

Llegamos a la mansión de los Jekyll, situada en el West End, no muy lejos de mi casa. Dejé mi abrigo, mi sombrero y mi bufanda en un perchero de la entrada, tal y como él me dijo, mientras mis penetrantes ojos estudiaban todos y cada uno de los detalles que veía a mi alrededor.
- Bonita casa - murmuré. Muy limpia y ordenada, algo típico en un doctor.

Me puse el delantal y unos guantes y saqué de mi bolsillo un pañuelo. Lo puse encima de la mesa y lo abrí, dentro estaban las muestras de cabello, las monedas y las cucharas que se habían encontrado en la escena del crimen.
- Scotland Yard no ha logrado encontrar nada significativo, pero estoy seguro de que, con su ayuda, lograré encontrar algún rastro en estos objetos. No me avergüenza reconocer que sé lo suficiente de química para mezclar compuestos e identificar elementos, pero no tengo lso conocimientos suficientes como para entender todas las reacciones, ni conozco todas las fórmulas químicas, ya que todo eso no entró dentro de mi carrera. Por eso me vendrá bien su inestimable ayuda, pero recuerde que esta es una investigación abierta, y que todo lo que descubramos no debe salir de estas paredes - le dije.

- No son cabellos de la víctima, ya los he comparado. Están arrancados de raíz, deduzco que la víctima se resisitió y se los arrancó a su asesino - dije, inclinándome sobre el microscopio - No pueden ser de un animal, está claro que este asesinato ha sido prepetrado por un ser humano... A no ser que dejara cabellos animales a propósito para confundirnos, pero eso no tiene lógica. Es demasiado evidente que es un crimen humano, no creo que el asesino sea tan estúpido. ¿Ve algo más? - pregunté.

Apreté la mandíbula, frustrado, olvidando por un momento mis modales.
- ¡Por supuesto que no es un animal! ¿Un animal mataría a alguien con semejante rabia? ¿Un animal dejaría a su paso cucharas y monedas? Es un hombre, un hombre salvaje, descontrolado, probablemente desequilibrado, pero suficientemente inteligente como para dejar pistas falsas a su paso. La cuestión es: ¿quién es y por qué ha hecho esto? - me froté los ojos con impaciencia - Si no encuentra nada más en los cabellos, analicemos el resto de pruebas, si tiene la amabilidad, querido amigo - dije, con voz algo más suave.

Normalmente mis nervios eran de acero, y siempre mantenía una actitud fría y distante, pero algunas pocas veces me concentraba tanto en un caso que perdía los nervios, y pasaba rápidamente de estar calmado a estar hiperactivo. No podía encenderme un cigarrillo, el humo podría ser perjudicial para algunas pruebas, así que tenía que contentarme con dar vueltas alrededor del laboratorio mientras esperaba los resultados. Lo que habría dado por una calada de opio, tan sólo una, en aquellos momentos...
- De acuerdo... - dije, con voz pausada y tranquila, algo más relajado, mientras me acercaba a la mesa donde Jekyll realizaba los experimentos, concentrándome en observar hasta el más mínimo detalle.

Observé lo que Henry me enseñaba mientras mi mente trabajaba a toda velocidad.
- Pudiera ser cierto. No había prácticamente nada de hierro en el apartamento. En ese caso, queda confirmado que pertenecen al asesino. La cuestión es ¿por qué se las dejaría? Teniendo en cuenta donde estaban situadas, es prácticamente imposible que las olvidara, estaban bien a la vista. ¿Cuál sería su propósito? - dije, dejando que mi mente divagara - Bien, veamos si encontramos algo de interés en las cucharas - añadí, dando una palmada. La cosa se ponía interesante.

Reflexioné sobre aquella nueva teoría.
- El mar queda aún lejos de aquí, y no necesariamente tiene por qué tratarse de una persona que venga del mar... Bastaría con que viviese o trabajase cerca del Támesis, aunque no estuviese en contacto directo con el agua. Me inclinaría más hacia esa teoría. Las víctimas fueron desgarradas de tal modo que parece imposible que el asesino lo hiciera con un simple cuchillo, el cuchillo fue el arma con el cual se defendió la primera víctima.
Me pasé una mano por mi pelo, desordenándolo. Todo aquello eran pistas, pero no aclaraban gran cosa del crimen.
- Siguen faltando muchos datos. Sabemos que estos objetos pertenecían al asesino, pero, ¿por qué los dejó intencionadamente en la escena del crimen? A no ser... - de repente, una luz se encendió en mi mente. Lo vi todo claro. Sonreí y di una palmada, orgulloso de mí mismo - ¡Eso es! ¡Intentaba inculpar a otra persona! Sabía que ella había estado allí y trató de inculparla. Muy hábil...
No quería enseñarle aquella prueba a nadie, pero necesitaba hacerlo para corroborar mi teoría. Rebusqué en mi bolsillo hasta que encontré el aro dorado.
- Henry, necesito que analices al detalle esto, pero no puedes decirle a nadie que tiene algo que ver con el crimen, ¿me harías ese favor? - le pregunté, con voz seria. Aquello era muy importante para mí.

Sonreí cuando Jekyll dijo que había encontrado algunas huellas. Hacía pocos años que se habían descubierto algunos métodos para descubrir, copiar e identificar huellas digitales que, hasta entonces, habían sido imposibles. Eso facilitaba mucho la labor de descubrir criminales.
- Está claro que no es una de las joyas de la corona, pero el oro parece de calidad. Tenemos que copiar las huellas, mi querido amigo, pueden ser de vital importancia - dije, mientras me disponía a ayudarle en su tarea. Ya había copaido huellas en otras ocasiones - Dígame algo: usted, como científico, ¿cree en la existencia de lo sobrenatural, de algo que se pueda escapar de su control?

Me encogí de hombros y suspiré, mientras ayudaba a mi amigo con la pintura.
- No lo sé. Espíritus, brujas, monstruos... cualquier cosa que se salga de lo normal. Yo siempre creo que hay una explicación lógica y racional para todo, pero que eso no significa que no haya cosas extrañas que a veces es difícil comprender. Eso no significa que no se puedan razonar. Hace años, la química estaba considerada como brujería, algo inexplicable y maligno. Hoy en día sabemos que no es así. ¿Qué me dice de lo que hemos descubierto hasta ahora en este caso? Nos hallamos ante un hombre monstruoso, con la fuerza y, según parece, el cabello de un animal. ¿Es eso posible? ¿Hay alguna explicación lógica?

Sonreí, con orgullo, sabía que él tenía razón, aunque tenía la sensación de que había dado un rodeo para responder a mi pregunta.
- Que voy a descubrir al culpable en poco tiempo, de eso puede estar seguro, mi querido amigo - dije, con algo de presunción - Todos los criminales cometen errores, dejan pistas a su paso. No hay nada imposible de descubrir ni nadie invencible.
Me pasé una mano por el pelo para volver a peinármelo, ahora que me sentía más tranquilo y seguro de mí mismo.
- ¿Tenemos ya algún resultado en el aro?

- No - dije rápidamente, apresurándome por coger el aro y los resultados que Jekyll me proporcionaba, guardándomelos en un bolsillo - Yo mismo los cotejaré, guardo carpetas con fichas de asesinos y ladrones de otros casos, y de seguro lo haré más rápido y mejor que la policía. Bueno, si ya no hay nada más que hacer, le devolveré el resto de las evidencias a Scotland Yard y proseguiré con la investigación - dije, mirando mi reloj de bolsillo - Debería pasarme por el depósito para ver si Josh tiene algún dato nuevo sobre los cadáveres. No sabe cuánto agradezco su ayuda, Henry - añadí, mientras le miraba con una sonrisa - No sé qué habría hecho sin usted.

Estreché la mano de Jekyll, volviendo a parecer de nuevo tranquilo y seguro de mí mismo. No quería que nadie sospechara que yo estaba protegiendo a alguien relacionado con el crimen. Nunca antes había hecho nada parecido. Por supuesto esa persona no era el asesino, pero sí alguien que había mantenido contacto con la víctima, y que estaba relacionada muy de cerca con las monedas encontradas en el lugar de los hechos. Esa persona podría estar ahora en peligro, tanto por la policía como por el propio asesino, y yo no iba a consentir ni que la encerraran ni que la mataran... A pesar de que todo esto me daba a entender que había vuelto a engañarme, que no había abandonado sus viejas costumbres.
- Si descubre o se entera de alguna cosa más, ya sabe dónde puede encontrarme. Toda ayuda es poca en un caso tan relevante como este, y quiero resolverlo lo antes posible. No debemos consentir que un asesino así siga vagando por las calles de Londres, muchas vidas podrían estar en peligro.